
El Firó de Sóller: la tramontana se defiende de los piratas sarracenos
Repican las campanas que alertan a la ciudad de Sóller. Son las 15:00 de la tarde, y se avistan naves piratas sarracenas navegando desde el horizonte. Sus intenciones no son buenas, ni mucho menos. Es 11 de mayo de 1561, y va a tener lugar una batalla épica, que se representa en el municipio cada segundo lunes de mayo.
Por suerte, los sollerics estaban avisados: dos semanas antes un virrey de Mallorca había sabido, después de torturar a unos presos musulmanes, que 23 barcos repletos de sarracenos iban a atacar Mallorca. Como no estaba claro cuál sería el puerto objetivo de la batalla, toda la periferia de la isla se mantenía vigilante.
Tras escuchar las campanas, la tramontana no iba a amedrentarse. Todos los hombres capaces de sostener un arma fueron llamados a la lucha. Se reunieron centenares de campesinos de Sóller, de Bunyola, Alaró… que iban a vender caro el pellejo.
Una escena que se repite cada año… y que es una fiesta
Esta escena se repite año tras año. Los payeses, ataviados con la tradicional vestimenta de aquel entonces, se reúnen en la plaza dels Estiradors. Allí está el capitán Joan Angelats, que se encomienda a la Mare de Déu de la Victoria y lanza el tradicional grito de guerra “a la lluita sollerics” tras una breve arenga a los valientes luchadores.
En tranvía-los tiempos han cambiado- se trasladan al escenario de la primera batalla, la playa de Can Generós, donde esperan las tropas sarracenas, con las caras pintadas de negro, vestidos con las ropas de guerra del siglo XVI, y con las espadas en mano. Tratan de desembarcar, pero los payeses sollerics, armados con escopetas, retienen el primer ataque en una intensa batalla. Los visitantes y turistas son testigos, asombrados, del fervor de los participantes.
Segundo ataque: playa d’en Repic
Al son de la música y bajo la atenta mirada de los espectadores, que inundan las calles y el puerto de Sóller, galardonadas para la ocasión, tiene lugar la segunda batalla.
Esta vez es en la playa d’en Repic. El rey moro Ulutx Alí, conduce sus tropas con mano firme, y los sarracenos sacan cierta ventaja. Consiguen llegar hasta Sóller mientras saquean, roban y violan por el camino. Las mujeres también se defienden con fiereza. Es el caso de las Valentes Dones, dos hermanas que consiguieron salvar la casa y la virtud, matando al pirata enemigo.
La batalla final, en la plaza principal de Sóller
Los agotados espectadores de la representación aún tienen que asistir a la última batalla, la que se escenifica en la plaza principal de Sóller, tras un reguero de saqueos y violencia. El aire huele a pólvora, el disparo de los trabucos no cesa, los vecinos acusan cansancio, pero no van a rendir la villa. Los sarracenos creen que tienen ventaja, pero les sorprende la brutalidad de los sollerics, que se lanzan sin piedad a defender su ciudad.
Los piratas huyen ante las numerosas bajas y Sóller se alza con el triunfo. El pueblo está destrozado, pero los cristianos han ganado.
El capitán Angelats proclama la victoria a gritos, y la dedica a la Mare de Déu de la Victória. Acabada la representación, moros y cristianos vuelven a ser los vecinos de siempre, y todos juntos cantan la Balanguera, como hicieran sus ancestros hace más de 400 años.
La fiesta y el jolgorio se prolongan toda la noche. Sóller, un año más, se ha convertido en el centro de todas las miradas de Mallorca.
Para actividades menos concurridas en Sóller, os invitamos a visitar esta entrada.