Rutas panorámicas en bicicleta por el suroeste de Mallorca
Hay lugares donde el tiempo parece adaptarse al ritmo de las ruedas. En el suroeste de Mallorca, cada curva es una postal y cada subida, una promesa de vistas infinitas. Desde La Pergola Aparthotel, en Port d'Andratx, partir en bicicleta no es solo hacer deporte: es descubrir el alma más serena y luminosa de la isla.
Pedalear entre mar y montaña
Las carreteras que recorren esta parte de Mallorca fueron trazadas pensando en el paisaje. Se abren paso entre pinares, bordean acantilados y cruzan pueblos donde el aire huele a sal y a pan recién hecho. Otoño e invierno son las estaciones más agradecidas para recorrerlas: menos tráfico, temperaturas suaves y una luz que realza cada tonalidad del paisaje.
Desde el puerto, basta con alejarse unos metros del mar para encontrar una red de rutas pensadas tanto para ciclistas expertos como para quienes buscan paseos tranquilos con vistas espectaculares.
Rutas recomendadas desde Port d'Andratx
- Port d'Andratx - Sant Elm - S'Arracó
Un recorrido circular de unos 20 kilómetros que combina mar, montaña y tradición. El camino pasa por pequeñas fincas y pinares antes de llegar a Sant Elm, un antiguo puerto pesquero frente a la isla de Sa Dragonera. Perfecta para pedalear sin prisa y detenerse a tomar algo frente al mar. - Port d'Andratx - Camp de Mar - Peguera - Es Capdellà
Ideal para quienes buscan una ruta intermedia con tramos panorámicos y subidas suaves. La carretera se adentra en un paisaje rural, con almendros y algarrobos, hasta llegar a Es Capdellà, un pueblo tranquilo que conserva la esencia mallorquina. - Andratx - Estellencs - Banyalbufar (Ruta de la Tramuntana)
Un itinerario exigente pero inolvidable. La carretera Ma-10, considerada una de las más bellas del Mediterráneo, recorre el corazón de la Serra de Tramuntana con miradores espectaculares y curvas que se abren sobre el mar. Un desafío para las piernas y un regalo para los sentidos.
Más allá del deporte
Montar en bicicleta en esta parte de la isla no es solo ejercicio: es una forma de conectar con el entorno. Cada pedalada descubre algo distinto —una cala escondida, una masía con paredes de piedra, una pausa en el camino donde el silencio lo ocupa todo—.
De regreso a La Pergola, la recompensa está en el descanso: una ducha caliente, una comida ligera frente al puerto o un baño relajante antes del atardecer. El equilibrio perfecto entre energía y serenidad.
Una experiencia con alma mallorquina
El suroeste de Mallorca conserva una belleza discreta y auténtica. Sus carreteras, diseñadas por el relieve y no contra él, invitan a disfrutar del camino sin prisa.
Desde La Pérgola, cada salida en bicicleta se convierte en una pequeña aventura mediterránea, donde el viaje importa tanto como el destino.
