Bunyola en invierno: un destino auténtico para una escapada invernal desde La Pergola
A menos de 40 minutos en coche de Port d'Andratx, Bunyola ofrece un tipo de invierno diferente: silencioso, verde y profundamente mallorquín. Este pueblo, situado a los pies de la Serra de Tramuntana, es un refugio perfecto para quienes buscan desconectar sin alejarse demasiado de la costa. Desde La Pergola, donde el ritmo pausado del invierno mediterráneo ya invita al descanso, una visita a Bunyola se convierte en una prolongación natural de esa calma: paisaje, tradición y una atmósfera serena que acompaña de principio a fin.
Calles que cuentan historias
Bunyola es uno de esos lugares donde el tiempo parece avanzar a otro ritmo. Su casco antiguo, con casas de piedra, portaladas señoriales y calles estrechas que serpentean alrededor de la iglesia parroquial, conserva la esencia de la Mallorca interior. Pasear sin mapa es la mejor forma de descubrirlo: pequeñas plazas llenas de vida local, panaderías tradicionales que abren desde primera hora, fachadas que conservan los detalles de una arquitectura rural mediterránea y comercios de toda la vida que refuerzan esa sensación de autenticidad.
Para quienes disfrutan observando el carácter propio de cada pueblo, Bunyola es un ejemplo privilegiado. Aquí no hay grandes artificios ni reclamos turísticos; lo que brilla es lo real: la gente que conversa en la plaza, el aroma del pan recién hecho, los vecinos que salen a comprar al mercado semanal y la luz de invierno que suaviza cada rincón.
La Serra a un paso: naturaleza en estado puro
Otro de los encantos de Bunyola es su ubicación estratégica. Desde el pueblo parten algunos de los senderos más hermosos y accesibles de la Serra de Tramuntana. Sin necesidad de grandes rutas, es posible adentrarse en bosques de encinas, escuchar el sonido del agua que desciende por los barrancos y disfrutar del paisaje montañoso con una tranquilidad difícil de encontrar en otros momentos del año.
Una de las excursiones más recomendadas es el Camí des Grau, un camino amplio y agradable que conduce hasta la zona de Sa Comuna, uno de los bosques públicos más extensos de Mallorca. En invierno, el aire fresco y la humedad del suelo intensifican los aromas de la montaña: hojas secas, piedra mojada, resina de pino, tierra fértil. Es una experiencia sensorial perfecta para quienes desean una pausa activa antes de regresar al confort de su apartamento en La Pérgola.
La estación de tren más tranquila de Mallorca
Bunyola también guarda una joya histórica: una de las estaciones del tren de Sóller, el emblemático ferrocarril de madera que une Palma y el Valle desde 1912. Aunque muchos visitantes solo conocen la estación de salida y la terminal de Sóller, la parada de Bunyola es quizá la más encantadora de toda la línea. Su edificio original, su entorno arbolado y la ausencia de multitudes permiten disfrutar del tren con una mirada más íntima e incluso nostálgica.
Tomar aquí el tren para un breve trayecto o simplemente observar su llegada entre montañas constituye un pequeño placer invernal que pocos viajeros descubren. Para más información, la página oficial del ferrocarril ofrece horarios actualizados y detalles de la experiencia:
https://trendesoller.com
Una escapada perfecta desde La Pérgola
Visitar Bunyola en invierno es una oportunidad para cambiar de paisaje sin renunciar al confort de una estancia en Port d'Andratx. Desde La Pérgola, donde cada apartamento invita a disfrutar del día a tu propio ritmo, este pequeño pueblo de interior aporta un contrapunto perfecto: naturaleza, historia y vida local en estado puro.
