
Lugares mágicos en el corazón de la sierra de Tramontana
Hace doce años que la sierra de Tramontana fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y, sin embargo, tanto mallorquines como visitantes siguen extasiándose ante los rincones y lugares mágicos que esconde el corazón de estas montañas. Calas, senderos, miradores, iglesias, restaurantes… aparecen salpicados por las montañas, como pequeños paraísos particulares de quienes los encuentran.
La Calobra, la playa de la música
La Calobra es una pequeña playa situada en el municipio de Escorca, desembocadura natural del torrente de Pareis, y refugiada entre dos acantilados. Llegar hasta ella es difícil, pero tiene premio. Aguas cristalinas, espacio virgen, montañas escarpadas… hacen que sea una de las más famosas de la costa del norte de Mallorca.
Como es tradición desde hace más de 50 años, la playa es el escenario natural del concierto coral que se celebra cada principio de verano. La excepcional acústica de las paredes de piedra que la custodian hace que la experiencia sea inigualable.
Fornalutx, mimetizado con la Tramontana
Este pequeño pueblo de montaña ha demostrado que la mimetización entre paisaje y arquitectura es posible. Antiguamente era una alquería árabe, y de ahí no sólo su nombre sino el trazado de sus calles. Fornalutx siempre ha estado muy unido al pueblo de Sóller, tanto, que hace un tiempo formaba parte de él. Tras independizarse de los sollerics, los habitantes de Fornalutx han empleado todas sus fuerzas en abrirse al turismo y tener un centro histórico lo más cuidado y hermoso posible.
Son reclamos obligatorios el ayuntamiento, la torre de defensa del siglo XVII, y la parroquia del siglo XII. También es el punto de partida de varias excursiones, como la del Barranc de Biniaraix.
Biniaraix, Bien de Interés Cultural
Biniaraix es una pequeña joya ubicada en el Valle de Sóller, en el corazón de la sierra de Tramontana. Es un llogaret -una pequeña aldea- declarada Bien de Interés Cultural por el Consell de Mallorca en el año 2010, que es una visita obligatoria para excursionistas y amantes de la naturaleza. Destaca especialmente el Barranc de Biniaraix, de donde parten varias rutas de senderismo. La excursión del barranco es de dificultad alta, pero sin duda vale la pena por las vistas que se pueden disfrutar.
Otra pequeña aldea: Llucalcari
Entre Deià y Sóller está la pequeña aldea de Llucalcari, con poco menos de diez habitantes. Tiene unas quince casas y una preciosa capillita del siglo XVIII.
Llucalcari es muy visitado durante los meses de verano, especialmente la zona de Es Canyaret, una cala nudista donde el barro tiene propiedades beneficiosas para la piel. No es de extrañar ver personas cubiertas de gris y marrón, secando sus cuerpos al sol hasta que la mezcla se agrieta y regresando a las aguas para eliminar los restos de esta particular fangoterapia. El resultado, dicen quienes lo prueban, es una piel suave e hidratada, libre de impurezas, y un estado de relajación total gracias a la comunión experimentada en la naturaleza.
En esta cala de piedra hay, además, una pequeña fuente de agua dulce y unas vistas maravillosas.