
De visita a la finca de Raixa
El mismísimo Hércules Poirot, personaje de Agatha Christie, paseó por los jardines de Raixa, el escenario principal de Muerte bajo el sol (1982), película dirigida por Guy Hamilton.
Un año después se estrenaba Bearn o la casa de muñecas, la adaptación de la novela de Llorenç Villalonga, que contó con conocidos actores como Inmanol Arias, Fernando Rey o Ángela Molina.
De esta manera la finca de Raixa se convirtió en escenario de película y saltó a la fama, pero antes de esto, su historia ya había sido extensa y apasionante.
Raixa, los orígenes
En origen fue una alquería musulmana con gran abundancia de agua y, tras la conquista de Jaime I, pasó a dominios de caballeros cristianos. Se trata de una posesión típica mallorquina, situada a los pies de la sierra de Tramontana, que alcanzó su esplendor entre finales del siglo XVIII y principios del XIX gracias al cardenal Despuig.
Este personaje, clave en la Ilustración mallorquina, convirtió Raixa en una suerte de palacio neoclásico, reformando la posesión original hasta convertirla, prácticamente, en un museo.
Hoy en día Raixa es un Centro de Interpretación y Visitantes, no sólo por el interés de la propia finca, sino por su cercanía a la Tramontana.
Los jardines de Raixa, entre los más populares
Los jardines de Raixa, proyectados por el célebre arquitecto italiano Giovanni Lazzarini, son de los más famosos de Mallorca.
En la parte de abajo está el huerto, la plantación de naranjos, el jardín de la galería, con un surtidor central, y el jardín de la entrada, que cuenta con un pequeño estanque. Aquí hay un busto del cardenal Despuig, y una suerte de nenúfares entre los cuales se mimetizan pequeñas ranas de color verde brillante.
En los jardines superiores se encuentra la monumental escalinata dedicada al dios Apolo, y franqueada por dos leones de piedra recostados. La escalera llega hasta un estanque de carpas de buen tamaño que sorprenden a todos los que visitan la finca.
El recorrido por la parte alta de los jardines empieza en un mirador de estilo neoárabe, con ventanas de coloreadas y que, según la hora del día, se refleja en el suelo, proyectando todos esos colores.
A mitad camino hay una pequeña gruta con estalactitas y estalagmitas y al final, se encuentra el templo. Todo el conjunto se ha interpretado en varias ocasiones como un camino a través del neoplatonismo.
Al regreso de este pequeño paseo se puede ver una tafona, almazara en mallorquín, muy bien conservada, y el interior de un molino de agua.
Actualmente visitar Raixa es gratis, al igual que el aparcamiento que se sitúa al llegar. Aquí se puede disfrutar de una preciosa panorámica de toda la finca, y de su cuidado entorno.
En 1993 Raixa fue declarada Bien de Interés Cultural por su alto valor histórico y artístico, y en el 2002 fue adquirida por el Consell de Mallorca y por la Fundación Parques Nacionales.