
Conociendo el castillo de Bendinat
Cuenta la leyenda que el castillo de Bendinat, ubicado en una colina entre Calviá y Palma, se llama así porque el rey cristiano Jaume I, cuando inició la conquista de Mallorca desde Santa Ponsa, paró en este enclave para descansar.
Él y sus tropas comieron, y tras el que, según se cuenta de padres a hijos, fue un opíparo festín, el monarca exclamó, complacido, “be hem dinat”, es decir, “hemos comido bien”, y de ahí el lugar empezó a conocerse con este topónimo.
Otra vertiente de la sabiduría popular señala que no fue un banquete lo que encontraron Jaume I y sus tropas, sino un puñado de ajos que les supieron a gloria tras muchos días sin comer. Y tras el frugal ágape, se dice que el rey pronunció esas palabras, agradecido por haber podido tomar algo.
La leyenda está tan extendida que todo el mundo la da por cierta, pero la realidad es otra, si se rebusca entre diccionarios y textos de Antoni Maria Alcover y Francesc de Borja Moll, dos importantes hombres de letras de Mallorca.
Estos autores sugieren que Bendinat deriva, etimológicamente, del término arábigo “ibn dinat”, que significa “hijo de imberbe”.
Términos toponímicos aparte, la realidad es que Bendinat era una antigua alquería y hoy se yergue allí un hermoso castillo, que no es de origen medieval pero que es muy interesante y vale la pena conocer.
El capricho de un marqués
Aunque se asemeja mucho a las fortificaciones medievales del centro de Europa, el castillo de Bendinat es, en realidad, una construcción de tipo historicista neogótica que mandó edificar el marqués de la Romana en el siglo XIX.
Se trata, propiamente dicho, de un conjunto de casas señoriales presididas por el castillo, que tiene una planta rectangular con cuatro torres y dos plantas de alzada.
El portal central lleva a una sala enorme, adornada por una gran chimenea, según la costumbre medieval, pero con estilo neogótico. En el antiguo comedor hay tapices murales del siglo XIX cuya función original hubiera sido proteger a los habitantes del castillo de las corrientes de aire y del frío del invierno.
Un portal conduce a la escalera de los señores de la casa, que accede al primer piso y llega a una sala ornamentada con damasco rojo y a una galería, con barandillas construidas con estructuras de metal y vigas y adornadas con paneles calados.
El patio interior del castillo está rodeado por una galería de 28 arcos apuntados. Desde aquí se puede acceder a la capilla, en la que hoy en día no hay ninguna imagen ni retablo de carácter religioso.
Al lado del castillo de Bendinat, las casas de los campesinos
En la parte noreste del castillo podemos encontrar las casas campesinas tradicionales. Todas ellas son de planta cuadrangular y tienen un portal con arco rebajado.
Aquí también está la cocina, una sala muy grande en la que destaca una campana con un hogar central, y al fondo, la almazara.
Los jardines son realmente hermosos y cuentan con una pérgola, una fuentecilla, cactus y enormes ficus y palmeras. En este caso, tanto la galería de tres arcos como el conjunto vegetal son de carácter neobarroco.
En Mallorca hay muchas construcciones históricas que vale mucho la pena visitar. ¿Te apuntas a alguna excursión? Puedes consultar esta entrada para ampliar la información.