Artesanía viva en Mallorca: tradición que perdura
El sonido del torno de alfarero, el brillo de un vidrio recién soplado o el color intenso de los tejidos mallorquines cuentan una historia que va más allá de los objetos. Hablan de manos expertas, de generaciones que han transmitido su saber y de una isla que conserva con orgullo su identidad. El otoño es un momento ideal para descubrir la artesanía mallorquina, ya que ferias y talleres abren sus puertas para mostrar a locales y visitantes la riqueza de un legado que sigue vivo.
Oficios con historia
La artesanía en Mallorca hunde sus raíces en siglos de tradición. Entre los oficios más reconocidos destacan:
- Vidrio soplado de Gordiola y Lafiore: talleres que desde el siglo XVIII mantienen la técnica artesanal del vidrio mallorquín (Gordiola, Lafiore). Cada pieza es única, resultado de la fusión entre fuego y arte.
- Teixits Mallorquins: los tejidos de lenguas o teles de llengües, con sus característicos motivos geométricos, siguen elaborándose en telares tradicionales en talleres como Teixits Vicens en Pollença (Teixits Vicens).
- Cerámica: localidades como Pòrtol y Marratxí son conocidas por su cerámica popular, con piezas como el siurell, figurilla blanca con pinceladas de color que simboliza la cultura popular de la isla.
Ferias de artesanía en otoño
El mes de octubre es especialmente rico en ferias que ponen en valor los productos locales. Entre ellas:
- Fira de la Pedra i l'Art de Binissalem: combina la tradición de la piedra con la artesanía artística, celebrada a mediados de mes.
- Fira de Marratxí: conocida por reunir a ceramistas de toda la isla, es una cita imprescindible para los amantes del barro y la alfarería.
- Fira de la Llampuga en Cala Ratjada: aunque su protagonista es la gastronomía, también acoge puestos de artesanía que reflejan el espíritu mediterráneo.
Estos eventos son una oportunidad para conocer a los artesanos en persona, ver demostraciones en directo y llevarse piezas únicas con el sello de autenticidad mallorquín.
Comprar con sentido
La artesanía no solo tiene valor estético, sino que también fomenta la economía local y sostenible. Al adquirir un objeto hecho a mano, el visitante contribuye a mantener vivos oficios tradicionales y a apoyar a pequeños talleres familiares que forman parte del tejido cultural de Mallorca.
Entre los artículos más buscados destacan las lámparas y vasos de vidrio soplado, los textiles para el hogar con el clásico estampado de lenguas, las joyas inspiradas en el Mediterráneo y los siurells, que además de ser un recuerdo entrañable, son símbolo de identidad.
La Pergola, cerca de la tradición
Alojarse en La Pergola permite combinar el relax frente al mar con escapadas culturales que ponen en valor el patrimonio artesanal de la isla. Desde el puerto de Andratx, es fácil organizar visitas a talleres o ferias que muestran cómo el pasado y el presente se encuentran en cada pieza hecha a mano. Tras una jornada descubriendo este universo creativo, nada como regresar al hotel y disfrutar de la serenidad del suroeste mallorquín.
