
¿Conoces estos dulces típicos de la repostería mallorquina?
La repostería mallorquina ocupa un lugar muy especial dentro de las tradiciones culinarias de la isla. No sólo es un postre o un dulce que se aprovecha para completar un desayuno o una merienda, sino que se trata también de un reflejo de la historia, la cultura y los productos locales de la isla. Entre estos productos se pueden vislumbrar la tradición musulmana, la repostería judía o los rasgos predominantes de la cocina griega.
Los principales ingredientes de la repostería mallorquina
La repostería mallorquina se caracteriza por su simplicidad y el uso de ingredientes autóctonos de alta calidad. Los frutos secos, especialmente las almendras, son un componente fundamental en muchas de sus elaboraciones. Esto no es casualidad, ya que Mallorca ha sido históricamente una importante productora de almendras, con extensos campos de almendros que florecen espectacularmente cada primavera.
Otro ingrediente estrella es la sobrassada, un embutido típico mallorquín que, sorprendentemente, también encuentra su lugar en la repostería. Su sabor único y su textura untuosa aportan un toque distintivo a ciertos postres tradicionales.
Los principales dulces de la repostería en Mallorca
Entre los dulces más emblemáticos de la isla encontramos la ensaimada, sin duda el buque insignia de la repostería mallorquina. Este bollo en forma de espiral, elaborado con masa de pan, manteca de cerdo y azúcar, es conocido internacionalmente y ha sido declarado Indicación Geográfica Protegida. Su origen se remonta al siglo XVII y su nombre proviene de la palabra catalana "saïm", que significa manteca. La ensaimada puede consumirse sola o rellena de diversos ingredientes como crema, cabello de ángel (confitura de calabaza) o incluso sobrassada.
Otro postre típico es el gató d'ametlla, un bizcocho esponjoso elaborado principalmente con almendra molida, huevos y azúcar. Este pastel, de origen medieval, es una muestra perfecta de la importancia de la almendra en la repostería mallorquina. Se suele acompañar con helado de almendra o con una generosa porción de nata montada.
Las cocas mallorquinas también merecen una mención especial. Estas tartas planas pueden ser dulces o saladas, pero en el ámbito de la repostería destacan la coca de patata y la coca de cuarto. La primera es un bizcocho esponjoso elaborado con patata hervida y almidón, mientras que la segunda es una coca seca y crujiente, perfecta para acompañar el café o el té.
No podemos olvidar los crespells, unas galletas tradicionales con forma de estrella o flor que se elaboran especialmente durante la Semana Santa. Su textura crujiente y su ligero sabor a limón las convierten en un dulce irresistible.
Los rubiols son otra delicia típica de la época de Pascua. Se trata de unas empanadillas dulces rellenas de diversos ingredientes como cabello de ángel, crema o mermelada. Su masa quebrada y su relleno jugoso crean una combinación perfecta.
Para los amantes del chocolate, Mallorca ofrece las deliciosas teulas, unas galletas finas y crujientes elaboradas con almendra y bañadas en chocolate negro. Su nombre proviene de su forma ondulada, que recuerda a las tejas de las casas tradicionales mallorquinas.
La repostería mallorquina también incluye bebidas dulces como la leche de almendra, una bebida refrescante muy popular en verano, o el palo, un licor aperitivo elaborado con cortezas de quina y genciana.
Es importante destacar que muchos de estos dulces tienen un origen humilde y estaban ligados a las celebraciones religiosas y a las tareas agrícolas. Por ejemplo, las espinagades, aunque no son estrictamente un postre, son empanadas dulces o saladas que tradicionalmente se preparaban durante la cosecha de las espinacas.
La influencia árabe también es palpable en la repostería mallorquina, no solo en el uso abundante de frutos secos, sino también en elaboraciones como la coca de albaricoques, que recuerda a los pasteles de frutas del norte de África.
En la actualidad, la repostería mallorquina vive un momento de renovación. Muchos chefs están recuperando recetas tradicionales y dándoles un toque moderno, experimentando con nuevas texturas y presentaciones. Sin embargo, el respeto por los ingredientes locales y las técnicas tradicionales sigue siendo la base de estas creaciones.