
Descubriendo Banyalbufar
‘Banyalbahar’ es una palabra muy especial.
Dos lenguas y dos pueblos, el árabe y el catalán, se funden en once letras capaces de evocar la felicidad. Once letras capaces de hablar de Mallorca, del Mediterráneo y de la Serra de Tramuntana, de la historia y las raíces. Once letras capaces de hablar de uno de los rincones más especiales y bellos de la isla: Banyalbahar, o lo que indica su significado, un pueblo construido frente al mar.
Este pueblo de nombre (casi) imposible para los paladares poco entrenados, Banyalbufar en la actualidad, encuentra sus orígenes en una alquería nacida en el siglo X. Una zona habitada y cultivada por los árabes que, con pericia y maestría, diseñaron un sistema de riego de acueductos del que aun hoy disfrutamos. Además, construyeron a base de piedra, tierra y buen gusto más de 2000 casas en la ladera de la montaña. Una de las postales más cotizadas de Mallorca.
El paseo que nos lleva hasta este pueblo de la Tramuntana, serpenteante y rodeado de tierra y mar, nos conduce con misterio y belleza hasta sus calles, empedradas y repletas de color y encanto. Persianas de colores y un silencio casi espiritual que acoge a sus visitantes.
Banyalbufar, abrazado por montañas, parece un pueblo sacado de cuento. El azul del cielo y del mar se funde con el verde de sus árboles, frondosos y espesos.
Sus viñedos, ubicados en las terrazas hechas de piedra y tierra por los árabes, cultivan Malvasía, una uva muy apreciada y especial en la producción vinícola. Una parada casi obligatoria para todo aquel que visita el pueblo está en Son Vives y Ca’n Picó, bodegas locales. En ellas podréis hacer una visita a los viñedos o, simplemente, comprar una botella de vino.
En verano, Cala Banyalbufar es uno de los destinos preferidos tanto para locales como para turistas. Desde lo alto de las escaleras de madera que nos separan del azul turquesa, disfrutamos de una maravillosa vista panorámica de la cala. Uno de sus grandes atractivos, además de su ubicación y el color del mar, es una cascada natural de agua que, tras recorrer la Serra de Tramuntana, cae salvaje y gélida hasta Cala Banyalbufar. El mejor antídoto contra la sal y el calor.
El senderismo es una de las actividades preferidas de todos los visitantes de Banyalbufar y la conocida como la volta des general es una de sus excursiones más conocidas. Desde el pueblo hasta Es Port des Canonge, otro de los puntos más bellos de la Serra de Tramuntana, caminaremos en una excursión accesible y fácil que no pierde nunca de vista la costa.
Una maravilla a tan sólo unos minutos de Palma.
Banyalbufar es, sin duda, una opción perfecta para todos los que quieran desconectar de la ciudad para conectar con la naturaleza.